Archivo Confidencial
ES SORPRENDENTE.
Luis R. Conriquez, del mero Caborca, tiene en Spotify una audiencia mensual constante de poco más de 20 millones de oyentes.
En su historial podemos encontrar que tiene canciones que han sido escuchadas por 320, 96, 145, 213 y el éxito "Si no quiere no", cantada a dueto con Netón Vega, rebasa los 603 millones de audición. Chéquelo: https://n9.cl/5op5q
Esta misma canción tiene en Youtube más de 453 millones de vistas. https://n9.cl/hc9vt
Y en el ranking oficial de los diez artistas más escuchados en México durante 2024 se encuentra en el lugar nueve. Y un dato más curioso: de la decena, nueve cantan narcocorridos, salvo Bad Bunny.
En primer lugar, está Peso Pluma, seguido de Junior H, Natanael Cano, Bad Bunny, Fuerza Régida, Oscar Maydon, CarÃn León, Gabito Ballesteros, Luis R. ConrÃquez y Tito Double P. https://n9.cl/a716d
Esa canción de Peso Pluma "Ella baila sola", va en más de 683 millones de vistas en Youtube https://n9.cl/0aydpv y en Spotify cuenta con 43 millones mensuales de oyentes permanentes y una de sus canciones "Qlona", ha sido escuchada por 1 billón 227 millones 033 mil 973 personas. No me crea, chéquelo en este link: https://n9.cl/9m0cb
En narco corridos las cifras de oyentes y vistas giran entre 200 y 450 millones por cantante. Es cosa de rascarle un poquito y los datos son impresionantes. De hecho, Peso Pluma tiene una agenda de conciertos para los próximos tres meses por Canadá, España, Alemania, Ãmsterdam, entre otros paÃses.
Por lo pronto nos queda claro que ni Spotify o Youtube van a bajar de sus plataformas los corridos bélicos, pesados o pro narcos que rebasa las barreras de México por su afluencia. Ni con demandas legales van a poder quitarles esos millones de fans.
Estos personajes no tienen ninguna necesidad de hacer presentaciones en México o verse inmiscuidos en la llamada apologÃa del delito como le ocurrió a ConrÃquez en la feria de Texcoco cuando los oyentes se pusieron violentos al decirles que no cantarÃa narcocorridos que son una parte de su repertorio.
Esto nos lleva a focalizar el problema pues en ningún momento se les podrá coartar la libertad de expresión y menos reducir sustancialmente el gusto popular de la gente por este, que llaman subgénero, pero cuya exposición vÃa plataformas muestran que es una combinación que le permiten establecerse como género, nos guste o no.
¿Qué puede hacer el gobierno?, claro que oponerse en una lucha más mediática que real pues no se le puede quitar a un chamaco su celular para que no lo escuche. Youtube es gratis y para tener Spotify el costo mensual individual es de 115 pesos, en dúo 149, familiar (hasta siete personas) 179 y si demuestras que eres estudiante, 57.50 pesitos.
Hagamos a un lado el gran negocio que representan estos chamacos: conciertos, souvenir, fotos y un largo etcétera reforzado por sus millones de fans pues son todo un fenómeno que explota el cerebro.
Insisto, los gobiernos podrán tratar de limitar o castigarles por cantar los narcocorridos, pero es una lucha pérdida y es cuando se debe recordar que se requiere que pase una generación para que disminuya la querencia de este tipo de música.
Esto permite observar que tienen razón quienes opinan que lo más adecuados es un ataque frontal a los jefes del narco pues es la única opción de gobierno para que le bajen a la composición de loas a los personajes que integran los carteles de la droga como ocurrió en su tiempo con Caro Quintero, Pedro Avilés y otros más, quienes al ser apresados o fallecieron, se dejaron de entonar y escribir canciones lisonjeras.
Cada vez que un capo sea destronado los compositores y cantantes le darán vuelta a la página, claro que no de manera inmediata, pero asà se inicia el camino diluyente de su fama. Es una historia que México ya ha vivido desde los tiempos aquellos que prohibieron en escuelas y radios la música de AgustÃn Lara por supuestamente promover la prostitución que fue algo similar que le pasó a Cri Cri con su canción que decÃa ..."ahà viene la A con sus dos patitas muy abiertas al andar".
Y no es broma. Lo aclara muy bien Héctor de Mauleón en su comentario titulado: ¿Y muerto el narcocorrido se acaba el mal? https://n9.cl/d33bd
Remata el columnista: Claudia Sheinbaum se equivocó pues los corridos son una forma popular que dibuja una realidad. Ya se habla de penas de entre seis meses y un año de cárcel a quienes propaguen narcocorridos en lugar de utilizar a la fuerza pública para combatir a los delincuentes.
El hecho es que mientras algunos los ven como una forma de entretenimiento o crÃtica social, otros los consideran un riesgo para la percepción pública y la seguridad. El debate sobre su regulación y su impacto cultural continúa, destacando la necesidad de un equilibrio entre la expresión artÃstica y las implicaciones éticas.
Y si esto lo espolvoreamos con un poco de grilla en torno a la generación de cortinas de humo, pues la narrativa se amplÃa en las mañaneras del pueblo.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez AlegrÃa es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, MaestrÃa en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de "CEO", ConsultorÃa Especializada en Organizaciones...        
                                                                                                                                                                                                                          
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