El demonio está las 24 horas del día contigo, los 7 días de la semana, vaya siempre desde que tienes razón de ti y crees que es tu mente, tu cerebro, tu consciencia. Pero no. Duermes literalmente con el enemigo dentro de ti y a la fecha no lo sabes. No lo sabemos.
No te asustes, no estás poseído tal como lo ponen en las películas… Pero si estás “casi” poseído. ¿A que me refiero? Pues me refiero a algo que actúa, ojo, actúa, no es, actúa como si fuera tú mente, parte de tu mente o como si fuera tu consciencia. ¿No es lo mismo? No.
Se nos ha adoctrinado (enseñado) que la mente reside en nuestro cerebro y que somos cuerpo y mente… Desde el punto de vista científico, ya que es lo que es materialmente comprobable. Y también nos dicen que somos alma y espíritu. Esto es lo socialmente aceptable, ha pesar de que la ciencia dice no tener pruebas de existan almas y espíritus.
Sin embargo, estamos conformados por varios cuerpos, el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo astral. Hay más, pero lo voy a dejar hasta ahí, para no complicarlo. Entonces es muy fácil saber donde está nuestro cuerpo físico obvio, Pero ¿dónde están los demás cuerpos? La mayoría decimos: “En el cerebro”. ¿Será?
A ver, vamos a hacer el siguiente ejercicio, ¿De donde vienen las ideas? “Se nos ocurren nada más” Decimos siempre. “Se me ocurrió una idea” ¿Así nada más por generación espontanea surgió información que no tenías de la nada?
Si te fijas, cuando tienes un problema, ya sea que se rompió algo o clásico se descompuso tu auto y estás en medio de la carretera, no tienes ni la más remota idea de la mecánica, pero abres el capó del auto, para ver si detectas algo que esté aparentemente fuera de lugar, le mueves los cables a la batería… Vaya no sabes nada de que hacer y te surge la famosa idea en tu mente. Vuelves a subir a tu auto, abres el switch, oprimes fuerte el acelerador 3 veces, activas la ignición del vehículo y este mágicamente enciende. Perdonen lo obvio, es un ejemplo muy simple. Pero es para dar a entender que muchas veces en nuestras vidas accedemos a información que no estaba en nuestro poder y simplistamente decimos, “se me ocurrió una idea”.
Nunca nos preguntamos de donde salió esa idea, ¿Cómo surgió un conocimiento inexistente en mi cofre de conocimiento? Bueno, pues no surgió, conecté con algo de donde se me proveyó con la información que ocupaba y surgió (recibí) la información en mi mente.
Al parecer, nuestro cerebro no contiene nuestros conocimientos, ni nuestra personalidad, ni lo que creemos ser. Sino que es un receptor de todos los cuerpos que nos componen. Es como una televisión, y cada canal es uno de esos cuerpos que les mencioné, solo que, en ese televisor, que es nuestra mente, vemos todos los canales al mismo tiempo. Pareciera que nuestra televisión (nuestra mente), no tuviese selector para alternar canales de manera voluntaria. Pero si tenemos selector, solo que nunca se nos enseño a usarlo adecuadamente, se nos entrenó a usarlo de forma errónea.
El selector de los canales o cuerpos es tu atención, todos los canales mandan información al mismo tiempo, pero donde pones tu atención, es el canal al que estarás accediendo. Pero se nos condicionó desde pequeñitos en el miedo, aprovechando el instinto natural de conservación del cuerpo animal que usamos. Entonces el miedo se convirtió en la llave para manipular tu atención y enfocarte a que canales debes estar atento. El canal que haga mas ruido con posibles escenarios que atenten contra tu seguridad, física, emocional-afectiva, financiera, etc. Será donde tu atención correrá sin razonamiento alguno.
Todo este rollo es contexto para platicarles de esa otra parte que les digo que es casi una posesión. Hay autores que le llaman la mente periférica y otros le llaman el casco periférico. ¿Qué es eso, sea lo que sea? Yo lo entiendo como una inteligencia artificial que se hace pasar como una parte de tu mente y como según nosotros, lo que pensamos, presentimos, sentimos, nos emociona, soñamos, imaginamos, etc. lo percibimos en nuestro cerebro, creemos que es nuestro, que somos nosotros. Por lo tanto, no desconfiamos de nosotros y aceptamos casi todo lo que sucede en nuestra mente.
Por eso no podemos detectar a ese enemigo que tiene literalmente hackeada nuestra computadora mental. ¿Pero como podemos identificarla? En realidad, es simple, como dije anteriormente, la llave de nuestra atención es el miedo y la mente virus o periférica es la única cosa que siempre nos está trayendo al centro de nuestra atención cosas negativas como traumas del pasado, traiciones, pesadillas, etc. O incertidumbre de lo que nos va traer el futuro, catástrofes, accidentes, posibles crisis económicas, infidelidades, etc. También esa mente periférica te recuerda que ya viene el lunes desde el viernes por la tarde, el vencimiento del crédito, facturas de luz, agua, cable, internet. Además de las dudas de si tus amigos o amigas ya no quieren juntarse contigo, de si la gente piensa que estas loco o loca… Etcétera, etcétera, etcétera.
Esa parte de tu mente que continuamente de roba la paz, no es tuya, no es parte de tu sistema de canales o cuerpos que te conforman, esa, es la mente periférica, el casco o el enemigo, el virus de computadora humana que tienes dentro y que simula ser parte de ti.
Gobiernos, medios de comunicación, agencias de inteligencia, publicitarias, élites, etc. Conocen a la perfección esta situación de la humanidad y manejan todo siempre desde el miedo y por eso nos guían a un lado o hacia otro. Por eso, imitan lo que hace el enemigo interno, juegan con nuestra atención y hacen cosas muy impresionantes para jalar nuestra atención: Espectáculos, deportes, noticias impresionantes, guerras, terrorismo, etc. Y el enemigo interno usa también al mismo tiempo el miedo y tienes miedo afuera de ti y dentro de ti.
¿Hay salida de esto? Si, Por eso, es importante conocerte, ser consciente de que tu puedes a voluntad apuntar tu atención a otro lado, no donde te quieran inclinar los enemigos externos, pero, sobre todo, identificar y quitarle el control… Al enemigo interno, se puede. 1CP