De Primera Mano
JAVIER García Paniagua, -hijo del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional durante el sexenio del presidente Díaz Ordaz– fue jefe de policía de la ciudad de México.
Famoso por su “dureza e incorruptible”, el padre del ahora titular de seguridad pública en el país, Omar García Harfuch, entre otras cosas se hizo famoso porque lanzó una orden tajante a la corporación en una época en que los asaltos a los bancos se convirtieron en el pan de cada día en la capital de la república: “Tiren a matar”.
Los asaltos se detuvieron como por arte de magia.
Desde luego, cuarenta años después las cosas son distintas y en nuestros días el respeto por los derechos humanos de las personas e inclusive, la vida de los delincuentes, son cosas sagradas en la cotidiana vida de México.
García Harfuch tuvo éxito como jefe de policía al lado de la jefa de gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum; debió haber sido el sucesor de su jefa pero la orden presidencial fue tajante: “Quiero a Clara Brugada”.
Y a pesar de haber ganado con amplitud la encuesta interna de MORENA, OGH y la señora Sheinbaum debieron conformarse con hacerlo senador. Ya sentada en la silla presidencial, lo convirtió en el secretario de seguridad y participación ciudadana.
Solo los ciegos conscientes de su condición de lacayos no miran el desastre que en materia de seguridad heredó AMLO a su sucesora.
Y todavía, la Presidenta ha anunciado una extensión de la estrategia aplicada en el sexenio pasado para combatir la delincuencia: “No se repetirá la guerra contra el narco de Calderón (ya han trascurrido tres sexenios), atacaremos las causas, inteligencia y presencia”.
La verdad es que independientemente de la suavidad con la que Claudia Sheinbaum ha abordado el tema para su sexenio, Omar García Harfuch debe estar consciente de que su labor debe rendir resultados. ¿Cómo? ¿Dónde?
Sin duda, en la reducción del número de homicidios dolosos a lo largo y ancho de la república mexicana (el sexenio anterior cerró con 195 mil) y, más allá de eso, lograr la paz y la tranquilidad en varias regiones del país, sobre todo del estado de guerra que se vive en Sinaloa, Guerrero, Chiapas, Baja California, Guanajuato, Chihuahua y Chiapas.
El secretario de seguridad apareció caminando en las calles de Culiacán, hace un par de días, pero su equipo de comunicación cometió el grave error de exhibir al ejército que le acompañaba.
“Así, cualquiera puede caminar por Culiacán”, fue lo que menos se comentó.
Ayer, García Harfuch estuvo en Hermosillo y asistió a palacio de gobierno para reunirse con el gobernador Alfonso Durazo. En un escenario muy distinto al de Sinaloa, Sonora y el país guarda su esperanza en este funcionario, cuya capacidad ha sido demostrada en los hechos, a pesar de que delincuentes le jugaron la mala pasada de atacarlo tratando de eliminarlo, pero salió airoso.
Esperemos que en los hechos se demuestre éxito en una tarea tan difícil.
Y, más que todo, está obligado por la herencia recibida de su abuelo y de su padre.
DE LAMENTARSE la actitud de la rectora de la Universidad de Sonora, doctora Rita Plancarte, de estirar la mano pidiendo ayuda al Estado para atender a alumnas y alumnos de la Alma Mater con alguna discapacidad… Y todo dentro de la polémica generada por la expulsión de “Fernando”, muchacho denunciado por sus compañeros y maestros de la carrera de psicología por proferir amenazas y, en ocasiones, (según testimonios) armado con una navaja…Sin duda, este muchacho requiere tratamiento especial, al igual que muchos más, sin duda, que no han trascendido… Pero bueno… La capacidad en estos momentos de los directivos de la máxima de estudios, no les dio para prever esta situación y actuar de inmediato con sus propios recursos… No… Con el niño caído al pozo, la rectora pide apoyo para implementar un programa de atención y ayuda… En otros tiempos, los recursos alcanzaban, primero y, segundo, una llamada telefónica de rectoría a quien podía otorgarlo, bastaba para contar con los recursos suficientes… Tratándose de aquella UniSon… Hoy las cosas, el burocratismo y la mediocridad, dominan.